En este primer y único post del mes de Noviembre, donde el otoño comienza a llamar ya a las puertas del invierno, me gustaría hablaros de una potente herramienta: LA COMUNICACIÓN NO VIOLENTA.
¿Qué es la Comunicación No Violenta (CNV)?
Se trata de un modelo descrito y desarrollado en 1984 por el psicólogo y educador estadounidense Marshall B. Rosenberg en su libro “Comunicación No Violenta, Un Lenguaje de Vida” que nos ayuda a entender y procesar cómo reaccionamos ante lo que nos pasa, y a relacionarnos con los demás de forma constructiva.
En el citado libro, Rosenberg reflexiona sobre la comunicación “violenta” o agresiva con la metáfora del chacal (animal predador) y la “no violenta”, más compasiva, con la metáfora de la jirafa, el mamífero terrestre con el corazón más grande, motivo por el cual Rosenberg dice que este lenguaje se habla desde el corazón.
La Comunicación No Violenta es además una poderosa herramienta de comunicación que favorece el entendimiento y la empatía. Sin embargo, no es una capacidad que se adquiere de un día para otro. Es fácil de entender pero, sobre todo al principio, es difícil de aplicar, ya que puede parecer una comunicación un poco rara y poco natural, pero poco a poco, con la práctica, se puede ir interiorizándola y poniéndola en práctica, obteniendo, gracias a ella, unos resultados extraordinarios a la hora de comunicarnos con la gente de nuestro entorno e incluso ayudarnos a la hora de gestionar conflictos, así que, si os parece, vamos a ver cómo funciona.
Los 4 pasos a seguir para aplicar la Comunicación No Violenta
La CNV se basa en que todos los seres humanos somos compasivos y por tanto sensibles a las necesidades de la otra persona. Por tanto el método CNV se basa en 4 elementos: OBSERVACIÓN + SENTIMIENTO + NECESIDAD + PETICIÓN.
Veamos cada uno de ellos en detalle:
1. OBSERVAR: el primer componente de la CNV implica separar la observación de los hechos objetivos y reales, de nuestros juicios, interpretaciones o evaluaciones de la realidad observada, algo que, aunque parezca obvio, puede llegar a ser difícil (para la mayoría de las personas es difícil hacer observaciones, especialmente de otras personas y su comportamiento, que estén libres de juicio, críticas u otras formas de análisis). Necesitamos observar con claridad aquello que estamos viendo y escuchando y que afecta a nuestra sensación de bienestar sin mezclarlo con ninguna interpretación, ya que cuando mezclamos la observación y la interpretación, los demás tienden a percibir una crítica o ataque.
Por ejemplo, si yo, tras observar que un compañero mío ha llegado 15 minutos tarde a una reunión, le digo “Juan eres un impuntual”, ¿estoy haciendo una observación? No, ya que con ese comentario estoy emitiendo un juicio sobre Juan (es un impuntual) y por lo tanto estoy haciendo una interpretación conforme a mi experiencia, mis preferencias o mis creencias. Lo correcto sería decirle algo así: “Juan, he observado que a la reunión que teníamos planificada esta mañana a las 9:00, has llegado a las 9:15”.
¿Por qué es importante separar hechos de interpretaciones? Porque sobre los hechos es más difícil discrepar, ya que son concretos y verificables. Nadie se pone a la defensiva, ni siente la necesidad de defender su posición.
2. IDENTIFICAR Y EXPRESAR SENTIMIENTOS: las emociones y sentimientos son reacciones de nuestro cuerpo ante estímulos externos o internos y en ese sentido son también hechos: si yo me siento enfadado, o triste, o alegre, o asustado es un hecho que tú no me puedes discutir. Y además es un hecho en el que es fácil que tú te identifiques conmigo. Porque tú, en otras situaciones, también has podido sentir esas mismas emociones y por lo tanto será más fácil que empatices conmigo.
Aquí es importante el sentido de propiedad. “Yo me siento así cuando llegas tarde a la reunión”, y no “tú me haces sentir así”. Mi emoción es mía, y no te puedo cargar a ti con la responsabilidad de haberla generado. La estoy describiendo, no buscándole responsables.
3. EXPRESAR MIS NECESIDADES: el tercer componente de la CNV es el reconocimiento de las necesidades que hay detrás de nuestros sentimientos. Las necesidades son la base de la comunicación no violenta, puesto que se basa en el principio de que los seres humanos somos sensibles a las necesidades de las demás personas.
Lo que dice la CNV es que las emociones son la expresión de unas necesidades satisfechas o no satisfechas. Si las necesidades están satisfechas tendremos emociones de las que calificamos como “positivas” (alegría, paz, etc.) mientras que si las necesidades no están satisfechas tendremos miedo, ira, asco. La clave es que mis necesidades y las tuyas son, esencialmente, las mismas, ya que son necesidades humanas, y las compartimos: si yo te hablo de que necesito seguridad, o que necesito respeto, o que necesito reciprocidad, o ser valorado, o tener cubiertas mis necesidades básicas, me vas a entender, porque tú también tienes esas necesidades, que tendrás más o menos cubiertas, pero que están ahí.
Ser capaz de identificar cuáles son esas necesidades que no tenemos satisfechas exige un ejercicio importante de introspección. «¿Por qué esta situación, el que mi compañero llegue tarde a una reunión, me está frustrando? ¿Cuál es la necesidad no cubierta que hay detrás?»
4. HACER LAS PETICIONES: una vez expuesta la situación, llega el momento de expresar peticiones. De decir lo que nos gustaría que pasara.
Éste es un momento un poco delicado, porque es fácil caer de nuevo en la “violencia”, en el reproche, sin darse cuenta y decir cosas del estilo “me gustaría que dejases de ser tan impuntual”
De lo que se trata es de expresar nuestras peticiones en positivo, y en términos de hechos concretos (desprovisto de juicios). Y además, en la medida de lo posible, sin determinar “lo que quiero que tú hagas”. En estas peticiones no hay “acusaciones”, ni reproches, ni tampoco “imposiciones” respecto a lo que esperas que el otro haga. Simplemente “hechos” que nos gustaría que sucediesen.
Siguiendo con nuestro ejemplo, diríamos algo así: “Me gustaría que todos los asistentes estén en la reunión a la hora fijada para que podamos aprovechar mejor el tiempo”.
Hay que tener en cuenta, además, de que se trata de “peticiones” y no de “órdenes”, ni de “exigencias”, ya que cuando uno hace una petición, abre el espacio para que la otra persona diga sí o no, o explique en qué condiciones, o plantee alternativas.
El objetivo, al final, es abrir un espacio en el que las dos partes podamos hablar de lo que necesitamos, y llegar a un acuerdo satisfactorio sin “tirarnos los trastos a la cabeza”. Se trata de llegar a un compromiso mutuamente aceptado.
Fijaros que, en todo este proceso, hablamos de cada uno de nosotros: de los hechos separados de mis juicios, de mis emociones, de mis necesidades y no entramos a discutir sobre las interpretaciones del otro, ni de sus motivaciones, ni asumo nada sobre él. Por eso es “no violento”, porque no le estoy reprochando, ni acusando, ni etiquetando. Hablo desde mí, no contra él.
En definitiva, el objetivo de la CNV no es cambiar a las personas y su comportamiento para salirnos con la nuestra; el objetivo es establecer relaciones basadas en la honestidad y la empatía, que con el tiempo nos llevarán a satisfacer las necesidades de todos.
Algunos ejemplos prácticos
Sin duda, lo más complicado de la práctica de la comunicación no violenta es ajustarse a la observación sin juicio y al sentimiento sin manipulación, o la necesitad sin petición. Veamos algunos ejemplos prácticos:
Frase Original: “Siempre llegas tarde”
Frase usando CNV: “Las últimas 3 veces que hemos quedado a la hora acordada no habías acudido aún al punto de encuentro”
Comentario: Los generalismos son juicios, interpretaciones y por tanto no son observaciones de la realidad.
Frase Original: “Me siento traicionado”
Frase usando CNV: “Siento tristeza”
Comentario: la traición no es un sentimiento es una acción. Podemos sentir tristeza o miedo al pensar que hemos sido traicionados.
Frase Original: “Me gustaría que llegaras a tiempo a la reunión”
Frase usando CNV: “Me gustaría que todos los asistentes estén en la reunión a la hora fijada para que podamos aprovechar mejor el tiempo”
Comentario: En este caso estamos disfrazando una exigencia en forma de petición, además de volcando la responsabilidad en el otro.
Frase Original: “Me gustaría que no me chillases al hablar”
Frase usando CNV: “Me gustaría conversar utilizando un tono de voz pausado y relajado”
Comentario: al igual que en el anterior ejemplo estamos disfrazando una exigencia en forma de petición y volcando la responsabilidad en el otro, sin usar un lenguaje positivo.
Si queréis profundizar más en el tema os dejo este video correspondiente a una conferencia brillante del propio Rosenberg, espero que os guste e inspire.
Alberto de Haro. Executive & Life Coach
Acompaño a empresarios, autónomos, directivos, mandos intermedios y cualquier persona que lo desee, en su camino a alcanzar sus objetivos, metas y sueños personales y profesionales, ayudándoles a mostrar su mejor versión y a descubrir las respuestas que se hallan dentro de ellos mismos.